La antigua hacienda de café "La Trinidad" es una de las antiguas casas o haciendas de café que han sido restauradas en la cara sur del Ávila. Nos atrevemos a decir que es la que se encuentra mejor conservada, pues en el en el Camino de los Españoles, si bien se puede visitar la Hacienda Guayabal, sus condiciones dejan mucho que desear.
Se encontraba ubicada dentro de un área mucho más amplia que recibía el nombre de Anauco Arriba y cuyos dueños eran Micaela Vargas de Bueno y su hermano Adolfo Vargas, según consta en un documento de propiedad de fecha 18 de noviembre de 1872.
Posteriormente, estos terrenos pasaron a manos del hijo de Micaela, Tomás Bueno, quien se casó con Josefa Madrid de Bueno; ellos fundaron la hacienda” La Trinidad”, hoy llamada Los Venados o Centro Recreativo Los Venados (1540 / 1600 m.s.n.m.).
En 1905, uno de los hijos de Tomás Bueno, Adolfo Bueno Madrid, médico, adquirió de sus hermanos todas las tierras de la hacienda “La Trinidad” y además le anexó unos terrenos. Sus límites eran tan extensos que llegaban por el norte hasta la fila de la montaña, teniendo por el naciente de la quebrada Anauco y por el oriente la quebrada Cotiza; por el sur llegaba al hoy San Bernardino, propiedad primero de Henrique Boulton y después de los señores Vollmer.
El 10 de noviembre de 1924, Adolfo Bueno Madrid decide vender la Hacienda La Trinidad al gobierno de Gómez por la suma de Bs 400.000, en vista del declive de la actividad económica del café, razón por cual había sido fundada la hacienda.
Una anécdota de la venta de la hacienda La Trinidad refiere que en el documento se hizo una concesión especial a Adolfo Bueno: permitirle recoger y usufructuar la cosecha de café de 1925. Se cree que esta fue la última cosecha recogida, ya que a partir de esta fecha el gobierno nacional tomó posesión de la misma, en vista de que allí nacía la quebrada Anauco, obligándolo a preservar esta fuente que tuvo gran importancia en la vieja Caracas. Es a partir de esa fecha que tienen lugar las primeras compras estadales que sentaron las bases del futuro parque nacional.
A partir de 1933, La Trinidad ya no funcionaría como hacienda cafetalera. Para ese año, el Estado decide entregar la propiedad a los padres Benedictinos de San José del Ávila, quienes establecieron un hogar para niños desamparados. Estos padres colocaron una cruz de madera, así como una capilla y unas casas alrededor del patio de café de la hacienda: así tuvieron origen las instalaciones que existen en la actualidad en el lugar.
En 1936, cesan los Benedictinos su actividad docente y se empieza a usar el lugar para dar adiestramiento a los guardaparques, también empezó a ser utilizada como centro para la reforestación y como una escuela experimental de agricultura auspiciada por el Ministerio de Agricultura y Cría (MAC).
El hecho de que el estado asignara a la Casona como centro de operaciones de vigilancia y recuperación forestal, responde a una necesidad histórica a principios del siglo XIX, cuando los habitantes de Caracas observaron con preocupación que el caudal del principal río que los abastecía, la quebrada Catuche, año a año disminuía su caudal.
En 1958, fecha cuando fue declarado finalmente El Ávila como parque nacional, en ese mismo año se comenzó la reconstrucción de la hacienda “La Trinidad”. Por ser un lugar donde se observaban mucho venados, el ingeniero encargado, José Rafael García, lo denominó Centro Recreativo Los Venados.
La casona de la hacienda todavía existe y está completamente restaurada junto con el gran patio para beneficiar el café, instalándose en sus corredores un museo que incluye las antiguas maquinarias para lavar y descerezar los granos de café, plantas disecadas, una maqueta del parque y una capilla.
Además, en este lugar se encuentran la biblioteca “Eduardo Rohl” y el auditorio “Carlos Guinand” (los cuales están en dehuso) y dormitorios colectivos, que según nos informó un guardaparques de la zona, prestan a instituciones del gobierno.
Hoy en día, Los Venados se ha convertido en el principal centro de recreación del parque y donde aún funciona la sede administrativa. En este lugar se cuenta con kioscos, parrilleras, cafetín, baños, estacionamiento, campo de deportes, amplios espacios para el descanso y acampar, sendero de interpretación de la naturaleza, canoping, entre otros.