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En el Parque Nacional El Ávila o Warairarepano existen algunos pequeños asentamientos humanos que el Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso, Gaceta Oficial N° 4.548 denomina como “población autóctona”, por haber habitado sus respectivos espacios desde antes de la declaratoria como área protegida, el 12 de diciembre de 1958.

Al considerarlas como “Zonas de Uso Poblacional Autóctono”, permite desarrollar en ellas actividades de investigación, científica, educación ambiental, recreativas, deportivas y turísticas. Asimismo, se accede en estos asentamientos a la puesta en práctica de actividades agrícolas tradicionales como la horticultura, floricultura y cultivos, siempre que sean compatibles con el carácter de área protegida del parque.

Galipán

Galipán forma parte de las “poblaciones autóctonas” del Ávila, pues antes de su declaración como parque nacional, ocurrida el 12 de diciembre de 1958, ya habitaban sus linderos. De hecho, se considera que fue el primer núcleo de población no indígena que se asentó en el territorio del parque.

Originalmente, estuvo conformado por canarios y descendientes de ellos, que llegaron al país en el siglo XVIII, dedicados inicialmente a cultivar café y frutas que vendían a los mercados de La Guaira y Caracas. Posteriormente, introdujeron otras variedades de cultivos, hortalizas, flores, eucaliptos, frutas como duraznos y fresas, tan famosos hoy día en el poblado. 

Sin embargo, cabe destacar que varios núcleos rurales de asentamientos humanos habitan en el Parque Nacional El Ávila o Waraira Repano, pero no son considerados como “Poblaciones autóctonas”, al igual que no lo son cientos de barrios de expansión de Caracas que pueblan gran parte de los espacios de esta área protegida.

Hoy por hoy, es posible observar los extensos cultivos de flores y árboles frutales-especialmente el durazno. De hecho, se le considera como uno de los principales abastecedores de flores en el área metropolitana. Sin embargo, actualmente viven sobre todo de la actividad turística a través de la oferta de posadas, restaurantes, paseos a caballo y más. 

Un aspecto que debes tener en cuenta si visitas Galipán, es que si bien, las carreteras están pavimentadas, la mayoría de las vías internas son de tierra, un tanto precarias y sin señalizaciones que permitan orientar al visitante.

Los poblados de Galipán son: San Isidro, San Antonio, San José, San Francisco y Manzanares. Se localizan en la vertiente norte del parque, en la jurisdicción del estado Vargas, parroquia Macuto. El poblado está comprendido entre las cotas altitudinales 600-1.900 m.s.n.m.

Galipán es un conocido y pintoresco poblado rural, integrado por casas dispersas, muy atractivas, bien cuidadas, provistas de jardines y rodeadas de vegetación de mucho verdor. Se ha convertido en un sitio de gran atracción turística para caraqueños, litoralenses y gente venida de muchas otras partes del país.

Hoyo de la Cumbre

Pertenece al municipio La Guaira, parroquia Maiquetía del estado Vargas. Se localiza en el sector occidental del parque del lado de la vertiente sur. Este asentamiento es en su mayoría de descendencia portuguesa, cuyas familias se dedicaron a la agricultura. Los pobladores de este pequeño núcleo humano se alojan en casas dispersas y se dedican al cultivo preferiblemente de hortalizas y de algunos frutales como fresas, tomate de árbol y lulo.

Hoyo de la Cumbre es un poblado rural consolidado que cuenta con servicios básicos de electricidad, ambulatorio médico y escuela. A él se llega vía carretera, a través de la entrada por la Puerta de Caracas, la ruta del Camino de los Españoles, donde también hacen vida otros asentamientos urbanos, entre estos: Llano Grande, Campo Alegre y Sanchorquiz

Otra población autóctona es el Corozo, un asentamiento localizado en el tramo oriental de la vieja carretera que une a Caracas con La Guaira. Son pocas familias dedicadas a labores del campo.

Cuando se habla de pobladores o poblaciones autóctonas no se refiere, entonces, a los habitantes prehispánicos que se asentaron en los espacios actuales del parque, como fueron algunas comunidades indígenas de los Toronaymas, Teques, Mariches y otros, (tanto del frente sur como del norte), las cuales tuvieron contacto entre sí a través de senderos que luego fueron usados para comunicar el litoral central con los valles de Caracas, Guarenas y Guatire.

 

Ejemplo de ello fue la antigua ruta llamada “Camino de los Españoles”, donde aún se conservan trazos del antiguo camino.

Fue entrando el siglo XVIII cuando varios habitantes criollos y personas venidas de Europa, como canarios y portugueses, iniciaron un lento proceso de asentamiento en las dos vertientes del macizo de El Ávila, principalmente en la del norte.

 

En varios lugares se dedicaron a labores de cultivos diversos, fundando varios asentamientos que paulatinamente se fueron consolidando. Entre ellos destacan Galipán con sus diferentes sectores, Hoyo de la Cumbre y El Corozo.

Hay muchos que lamentan que el pueblo lo transformaron a como era antes, cuando existía el calor de la gente; mientras que ahora señalan que todo es más comercial.

A Galipán se le puede llegar desde Caracas por la vía carretera que arranca en la entrada de Cotiza, o bien, bajar desde el teleférico. 

Poblaciones autóctonas 
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