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Contigua a la hacienda "Buena Vista", el doctor Knoche tenía un laboratorio donde llevaba a cabo sus estudios y experimentos, entre estos la preparación del líquido que sería inyectado a los cadáveres y de esta forma evitar su descomposición, sin necesidad de extraer las vísceras. De este lugar aún se mantiene en pie la estructura, aunque cubierta un poco por la maleza.

El laboratorio posee una sola entrada y no posee ventanas, sin embargo, se pueden ver conductos que sugieren que en el pasado podían servir de canales de ventilación.

Se ha dicho que el doctor llevaba a cabo sus experimentos de momificación con cuerpos no reclamados de la Guerra Federal. Obtenía los cadáveres de la morgue del Hospital San Juan de Dios. Se piensa que debido a que fue uno de sus fundadores, le era posible extraerlos con autorización del hospital. Esos cadáveres eran llevados en mulas por un sirviente de confianza de Knoche, desde la morgue del hospital hasta su laboratorio de Buena Vista.

Una de las primeras personas en las que practicó con éxito el proceso de embalsamamiento fue José Pérez, alias “El Coriano”, pescador y veterano de la Guerra Federal venezolana (1859-1863), soldado sin familia conocida, quien moriría a causa de tuberculosis en el hospital de La Guaira y cuyo cuerpo nunca fue reclamado. De aquí que fue llevado a la montaña, donde sería momificado.

El soldado José Pérez, permanecería durante muchos años, uniformado, con gorro y fusil, en la biblioteca de Knoche en “Bella Vista”, así como en la entrada como fiel guardián de ese recinto.. Además fue trasladado al mausoleo, donde fue rondando por todos los sitios del lugar, siendo fotografiado por los irrespetuosos visitantes.

De la momia de José Pérez es la que se conserva un mayor número de fotografías, la más célebre es donde aparece una joven del Centro Excursionista Caracas, Olga Engels, posando a su lado y de la cruz de madera; esto fue alrededor de 1929.  

Otros embalsamados por Knoche 

Su fama en la técnica de embalsamar cadáveres hizo al doctor Knoche muy solicitado en Caracas, donde fue contactado por familiares de difuntos quienes querían que sus seres queridos se conservaran por más tiempo.

Entre estos destaca la familia Lander, quien solicitó a Knoche la aplicación de este líquido momificador al cadáver de Tomás Lander, fundador del periódico “El Venezolano” y uno de los líderes más importantes del movimiento separatista de Venezuela de la Gran Colombia. Este permanecería en el estudio de Knoche, cerca de la entrada de Bella Vista, por 39 años, cuando en 1874 el presidente Guzmán Blanco ordenó que sus restos fueran  inhumados en el Panteón Nacional.

También embalsamó en 1878 el cadáver del general Francisco Linares Alcántara, quien fue presidente constitucional de Venezuela en 1877 hasta su muerte en La Guaira el 30 de noviembre de 1878. Posteriormente, sus restos también fueron trasladados al Panteón Nacional.  

El primer embalsamado por Knoche

El otro momificado, también soldado de la Federación quien habría fallecido en el Hospital de La Guaira y cuyo cuerpo no fue reclamado, lo llamaban “El Pescador de Oro”, cuya historia refiere que su cuerpo cayó de la mula que lo transportaba a “Buena Vista”, rodando por el barranco y no pudo encontrarse.

Al llegar al sector “Plan de las Alpargatas”, rumbo a la hacienda de Knoche, se cuenta la leyenda del cadáver de “Benancio”, posiblemente se trate del “Pescador de Oro”.

Cuenta la historia, que el cadáver de Benancio no había sido reclamado, por lo que fue montado en el lomo de un burro rumbo a “Buena Vista”. Sin embargo, al llegar a este sector, se cayó por el zanjón y al llegar a la hacienda estaba ausente. Por más que lo buscaron, nunca lo encontraron, salvándose Benancio de caer en las manos de Knoche y sus experimentos.

Su fama lo hizo muy solicitado

Incluso los perros eran embalsamados y puestos como guardianes en la entrada de Bella Vista. A medida que fueron muriendo las diversas personas de la casa también fueron embalsamadas.

El laboratorio 
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