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El Pico Naiguatá es la máxima altitud del parque, con 2.765 m.s.n.m. Se encuentra al noroeste de Caracas y al norte de Petare. La mejor manera de llegar a este sitio es a través de la ruta cuya entrada se encuentra en El Marqués, por la subida de La Julia. 

Origen del nombre

El nombre del Naiguatá proviene de un poderoso cacique. Como señala Eduardo Röhl:

Su nombre también recuerda al hermano de la cacica guaquerí Doña Isabel, mamá del mestizo Francisco Fajardo.

Primeras referencias

Las primeras referencias de este pico se deben a Humboldt, quien fue el primero que lo divisó navegando de Cumaná hacia La Guaira, un 21 de noviembre de 1799. En uno de sus viajes, en 1816, reconocería al Naiguatá como más alto que la Silla de Caracas.

Y es que, anteriormente, a principios de los años 1800, se creía que la Silla de Caracas era la altura mayor de la Cordillera de la Costa.

En la cumbre 

El Pico Naiguatá fue llamado por Spence como “La Aguja”. Otros como el grupo expedicionario en el que estuvo Adolf Ernst, quien subiría en 1879, le darían el nombre de “El Pelón”. Este ascenso es descrito por Spence en su libro “The Land of Bolívar(La Tierra de Bolívar), donde describe ese ascenso y presenta un dibujo de la ruta que siguieron en la conquista de la cumbre del Pico Naiguatá. 

 

Entre los aspectos más resaltantes, figura el hallazgo de un petroglifo con forma de reptil que trata de morderse la cola (también interpretado como un pequeño bote con sus proas suspendidas, que puede indicar la dirección de un camino a la mar). Este lo hallaron en la Fila, entre el Topo Galindo y el Pico Naiguatá. Además, señalaban, que podía tratarse de un sitio de adoración de nuestros antepasados.

Posteriormente, se realizaron muchas otras expediciones hasta la cumbre del Naiguatá, en las que se recolectaron numerosas especies (la mayoría de ellas desconocidas en Venezuela), así como de las plantas más importantes que crecen en la fila del Naiguatá.

 

Por otro lado, se  fue variando la altura del pico hasta la que hoy conocemos. En estas participaron algunos como Adolfo Ernst, Alfredo Jahn, Eduardo Rohl, Agustín Aveledo, Francisco de Paula Alamo, Luis Vaamonde, Juan Manuel Cajigal, entre otros. En una de estas expediciones, específicamente en la quinta, el 5 de febrero de 1894, se reportó la existencia de escarcha sobre la vegetación y la formación de una capa de hielo en una pequeña laguna.

Si bien, numerosas personalidades ascendieron al Pico Naiguatá e hicieron medicines de su altura, fue Alfredo Jahn, el 18 de febrero de 1914, quien determinó su altura en 2.765 m.s.n.m. En el relato de su excursión, Jahn indicaba que desde su cumbre la vista puede alcanzar los 201 km, de allí que las islas Los Roques y La Orchila, distantes a unos 140 km, pueden ser vistas cuando las condiciones atmosféricas son propicias.

La Cruz que corona el pico

Antes de la actual cruz que corona la cima del Pico Naiguatá, existió una que consistía en un tubo galvanizado de 4,15 metros de alto por 2,15 de ancho. Fue instalada en el sitio el  25 de julio de 1954 por el conocido espeleólogo, explorador, guardaparques y excursionista Ramón Hernández, secundado por otras nueve personas, entre familiares, trabajadores, amigos y el padre Francisco González, claretiano español. 

¿Un glaciar en lo alto?

De acuerdo con varios estudiosos de la materia, entre ellos el doctor Volkmar Vareschi (1955), la configuración del terreno del pico sugiere la presencia de un antiguo glaciar. Esto se soporta por la presencia de unas rocas que recuerdan la forma de morrenas y la apariencia típica de bateas de algunos vallecitos en la Fila, cerca del pico.

Lo anterior implicaría que, durante algún tiempo, gran parte del terreno de las cumbres avileñas estuvieron cubiertas de hielo, durante todo el año la temperatura en la fila debía mantenerse debajo de los 0° y las faldas de la Cordillera debieron lucir en alguna época del año un blanco manto de nieve.

El Naiguatá es muy visitado

La ascensión al Pico Naiguatá es una de las más solicitadas y frecuentadas por ser la cima más alta de la Cordillera de la Costa y quedar a poca distancia de Caracas o Petare. Es aconsejable hacer la ascensión al pico Naiguatá con suficiente tiempo calculado.

El Naiguatá representa una típica formación de piedras y peñones como lavados por la acción del tiempo, la lluvia y los fuertes vientos o influidos por lo variado de la temperatura que oscila desde 2°C bajo cero hasta máxima 28°C sobre cero. Desde allí se tienen las mejores vistas que regala el parque nacional, tanto hacia la capital como el litoral, y se aprecia una vegetación tipo subpáramo, que hace recordar a la de los páramos de Los Andes. 

Pero, sin duda, una de las razones que lo hacen atractivo son las extrañas formaciones rocosas, cuyos excursionistas y visitantes le han dado nombre a través del tiempo.​

Hoy en día con el teleférico se tiene la ventaja de subir o bajar hasta o desde la cumbre El Ávila, ahorrando como 4 horas de marcha efectiva.

El lugar preferido para acampar es el Anfiteatro (2.704 m.s.n.m), llamado así por ser su extensión plana y circular, rodeada de elevaciones graníticas. Se trata de un pequeño valle o pradera bien protegido del viento, además lo suficientemente grande para alojar muchas carpas. Suele usarse como campamente, tanto por su proximidad al Pico (unos 15 minutos) y por encontrarse agua muy cerca, en una fuente que recibe el nombre de manantial Stolk.

Esta pradera, como las que se encuentran en la región del Naiguatá, son ciénagas de turba,  o sea, residuos vegetales acumulados en lugares pantanosos, componentes de musgo que forman masas acolchadas de color blanco-rojizo o moreno que absorben y conservan el agua. En tiempo de sequía, es muy importante saber que al realizar una excavación, en este musgo, brotará el líquido vital para los excursionistas.

El primero en conquistar la cumbre del Naiguatá fue James Mudie Spence, el 23 de abril de 1872, acompañado de 16 personas. En esta oportunidad se determinó la altura del Naiguatá en 2.874 m.s.n.m. Como dato curioso, Spence señaló que entre las provisiones se incluyeron las tradicionales hallacas, las cuales fueron del agrado de todos, y describiría como sigue: 

Otro que se aproximó a la altura final del Naiguatá fue Eduardo Röhl, quien en su ascenso de 1935, determinó su altura en 2.762,77 m.s.n.m.

Otros datos de interés
  • El Topo Goering fue bautizado en honor a Anton Goering, ornitólogo, pintor y naturalista, quien participó con Spence en la primera subida hacia el Pico Naiguatá, la máxima altura de la Cordillera, y les advirtió que no descansaran en el sitio conocido como "Nido del Tigre"- hoy "Valle de las Tumbas"-, por el peligro de ser molestados por las fieras. Por la gratitud, el grupo decidió ponerle al topo "Punta Goering" o "Pico Goering", con una altura de 2.460 m.s.n.m.

Próximamente haremos la ruta para darte todos los detalles. Esta foto es de Claudia, cuando tuvo la oportunidad de subir al Naiguatá en el año 2010 lamentablemente en esa ocasión estaba todo nublado.  

  • El sitio conocido como "Rancho Grande" en el pasado era la casa más grande del vecindario, propiedad de Juan Gómez (altitud 1.860 m), donde se podía - y puede- descansar. Juan Gómez era el comisario del lugar y padre de nueve hijos; todos hombres de trabajo, cultivadores de frutos menores y flores, , de donde venían a Caracas las más hermosas hortensias. Por su esposa, Julia, recibió el nombre la Fila de La Julia, donde ahora se encuentra el conocido puesto de guardaparques en la subida de El Marqués.

  • La quebrada "La Julia", a la altura del refugio "Rancho Grande" era llamada en el pasado como "Fuente de la Vida", pues era la última fuente para recargar. 

  • El Topo Galindo recuerda el nombre del petareño Pedro Galindo de Apollón. Él fue propietario de la hacienda Galindo, cuyo  lindero llegaba hasta la Fila Maestra, por encima del Pico Goering.

  • La subida conocida hoy como "Miracielos" o "Las Toyotas" , fue bautizada en el primer ascenso realizado por Spence, como "la cuesta de los pasos perdidos", pues era tan pendiente y resbaladiza, que por cada paso que avanzaban, retrocedían dos. Su nombres actual obedece a que subiendo, cuando se levanta la vista, solamente se ve el cielo.

  • El lugar conocido como "El Urquijo" o "Pradera Oasis", anteriormente se hacía referencia a él como un lagunazo seco. Es un buen sitio para acampar, pues se halla abrigado al norte por los picachos de la fila y al sur por un cordón de grandes rocas. Bajando unos 30 metros y siguiendo un estrecho lecho de esta pradera generalmente se encuentra agua. 

Esta fuente de agua que hoy se conoce como "Manantial Stolk", fue descubierta por el veterano excursionista Armando Stolk Hellmund, de aquí que recibiera su nombre. Tiene agua todo el año y cabe advertir que es el único depósito de agua que se encuentra en esta región alta, por lo que se recomienda conservarlo limpio y no utilizar el agua para lavar objetos ni personas.

A 2.765 m.s.n.m
El padre de la Patria en el Naiguatá

No solo una Cruz coronó la cima del Pico Naiguatá, pues César Rengifo, cuando aún era alumno de la Escuela de Artes Plásticas, moldeó  un pequeño busto del Libertador y secundado por unos amigos, aficionados al Ávila, lo instaló en la cumbre del Naiguatá el 24 de julio de 1933, día conmemorativo del sesquicentenario del nacimiento del Libertador.

El año siguiente, el joven Rengifo moldeó también una esfinge de Humboldt y con sus amigos lo llevó hasta la cumbre del Oriental. Ambos “monumentos” desaparecieron hace muchos años. Entre estos jóvenes figuran: los pintores Héctor Poleo, Pedro León Castro, Armando Barrios y José Fernández; el compositor Rhazés Hernández, Enrique Rangel y el futuro médico Leroux. 

Así que, el pico Bolívar en Mérida no fue el único coronado de forma temprana con un monumento al Libertador Simón Bolívar. Lamentablemente, el del Naiguatá desapareció hace mucho. 

Entre otras se hallan:

  • La Piedra del Muñeco: gran peñón en forma de hongo parecido a la cabeza de un muñeco. Está diagonalmente opuesto al “Dinosaurio”.

  • La Mariposa: roca que se destaca a la vuelta del sendero cerca del “Anfiteatro” con dos salientes parecidos a las alas de una mariposa.

  • La Fortaleza o el Castillo Medieval: formación típica en el valle visto desde la fila, rodeado de paja amarilla /verdosa que hace resaltar la formación de rocas oscuras en el centro, dando la visión de una fortaleza o castillo.

  • El Balcón: formación de grandes rocas en la fila, que avanzan sobre un precipicio de 500 a 600 metros de profundidad.

  • La Bañera: piso de grandes lajas bastante lisas que parecen bañeras, situadas también en la fila cerca del cruce a Petare. También se le llama “Piedra de los Letreros”, por la cantidad de iniciales y nombres de los visitantes allí pintados o grabados.

Por sus caprichosas formaciones resaltan además las bautizadas “Puerta Hércules” y “Peña Dorothy”. 

  • La Puerta de Hércules se trata de dos grandes columnas, una frente a la otra, entre las cuales flanquea el camino; y la peña de Dorothy recibió este nombre por perpetuar la hazaña de Dorita Muñoz Tebar, mujer venezolana que por primera vez hiciera “La Travesía” grabándose con pintura su nombre y los del grupo que la acompañaron y la fecha 25-26/10/47.

Además, se recolectaron especies de plantas que luego fueron clasificadas por Adolfo Ernst, entre ellas reportó algunas nuevas como la Chusquea spencei, conocida vulgarmente como bambucillo, y que obtuvo su nombre en honor a Spence. Se puede encontrar en los alrededores del Pico Naiguatá y en el Pico Oriental. Es el único bambucillo pegajoso en el Ávila.

Como dato curioso, cabe mencionar que al igual que ocurrió con las primeras ascensiones a la Silla de Caracas, estas excursiones a la cumbre del Naiguatá, fueron registradas en los diarios de revistas y boletines de Caracas, y en aquel entonces como ahora significaba toda una hazaña.

Alrededor del 2004, fue cuando un grupo del Centro Excursionista Loyola (CEL), propuso cambiar la anterior. Fue instalada en el mismo lugar en donde estuvo la original y construida en acero inoxidable. En la subida de la cruz participaron, entre otros, Juan Alejandro Charr, Carlos Arias, Jorge Foyo, Oliviero Tomasseti y Juan Alberto Seijas, quienes luego de 12 horas de camino, cargando agua, cemento y la cruz, conquistaron la cima a las 2:00 a.m. 

“La travesía” se denomina al trayecto que suele hacerse pasando por el Asiento de la Silla hasta remontar al Pico Oriental, la Fila y de allí seguir hacia el Pico Naiguatá. Puede hacerse también en sentido contrario, subiendo primero al Naiguatá, donde se pasaría la noche, y al día siguiente, muy temprano, emprender la travesía que  termina en la cumbre máxima del Oriental de La Silla. Por lo general, muy pocas veces se toma esta vía por ser más fuerte y larga que la otra.

Pico Naiguatá 

Naiguatá quiere decir boca del río Naigua, que fue el nombre que llevó el poderoso cacique de la familia materna del conquistador Fajardo. Desde tiempos remotos ha cambiado el primitivo nombre de Naiguatár o Naigua, por el de Naiguatá, que es como hoy se le conoce     . 

(…) Esos deliciosos pasteles que se conocen con el nombre de hallacas; siempre he gustado con placer desde mi llegada a Venezuela, de esta combinación culinaria, pero, aquella tarde hubiese deseado tener a mi lado a tan afortunado inventor de tan excelente manjar para darle un abrazo de mi empeñada gratitud      .   

La montaña de Naiguatár y la Silla de Caracas son las cimas más elevadas de la cordillera costanera de Venezuela. La primera alcanza casi la altura de Canigó, alta montaña situada en Los Pirineos franceses, con 2.785 m.s.n.m., y de tal manera se agranda esta masa de montañas, cuando se la contempla por primera vez desde la costa, que creería verse Los Pirineos o Los Alpes que despejados de sus nieves, surgen de las aguas     .

El micro radial más icónico de la radio venezolana, “Nuestro Insólito Universo”, conducido por el locutor Rafael Silva, dedicó un programa al monumento del libertador Simón Bolívar que pensaba erigirse en el Parque Nacional El Ávila o Waraira Repano.

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