El doctor Gottfried Knoche, destaca por descubrir tras muchos años de estudio una novedosa fórmula para embalsamar el cuerpo humano sin necesidad de extraerle las vísceras, lo que frenaba el proceso de descomposición y permitía conservar los cadáveres durante muchos años. Sin duda, esto representó un hecho sin precedente para la Venezuela del siglo XIX.
Knoche fue precursor en la momificación de cadáveres, incluyendo a cada miembro de su familia.
El científico alemán inyectaba una fórmula secreta a los cadáveres, que aunque muchos dicen que se llevó consigo a la tumba, el investigador Eduardo Röhl, en su libro “Exploradores famosos de la naturaleza venezolana”, señala que tuvo la oportunidad de conversar en 1937, en Hamburgo, con el doctor Zur Verth, quien fue presidente de la Sociedad de Ortopédico de Alemania.
Según el Dr. Zur Verth, en el año 1900, tuvo la oportunidad de visitar al Dr. Knoche en La Guaira, quien se encontraba en ese momento muy anciano y enfermo, y el cual revelaría su procedimiento, el cual consistía en inyectar por la carótida una solución saturada de cloruro de aluminio.
Pero, ¿Quién fue el doctor Knoche?
El doctor Gottfried Knoche (1813-1901), nació en Halberstad, Alemania, el 17 de marzo de 1813. Estudió medicina y fue discípulo del célebre profesor Friedrich Krukenberg. Obtuvo su título en la Universidad de Friburgo en 1837.
Vino a Venezuela por los años 1840, invitado por miembros de la colonia alemana residente en La Guaira (la casa Blohm). En un principio, se dedicó a atender a los inmigrantes alemanes en Venezuela, pero luego de revalidar su título en la Universidad Central de Venezuela, el 22 de julio de 1845, comenzó a ejercer su profesión y a atender también a los venezolanos.
Aunque llegó a Venezuela muy joven, con unos 27 años, se volvió muy popular, tanto por el acierto de sus diagnósticos, como por la solicitud con que atendía a todos, pero especialmente a los pobres, a quienes no les cobraba, mientras que a los ricos les cobraba el doble.
Knoche se residenció en La Guaira donde era mejor conocido como “Kanoche” o “Canoche”, ante la dificultad de pronunciar su apellido.
Fue un médico práctico y hábil cirujano, según las descripciones que de él se conservan. Ejerció en el Hospital de La Guaira y figura como uno de los fundadores del Hospital San Juan de Dios. Durante la terrible epidemia de cólera que azotó al país en los años 1854-1856, figura entre los médicos que más luchó contra la peste y logró salvar muchas vidas.
Era figura conocida cabalgando caballo blanco, portando sombrilla para protegerse del fuerte sol, atendiendo a los enfermos distantes de La Guaira.
Knoche también destaca por elaborar un suero antiofídico con la bilis de las culebras ponzoñosas, que le permitió salvar varias vidas entre los campesinos de los alrededores de su hacienda.
Jesús Fabricio Guanches, descendiente de los habitantes más antiguos de Galipán, quien reside en San José, justo al lado de la entrada hacia las ruinas de Kncohe, también nos contó parte de la historia del que también es considerado como el "Frankenstein" venezolano.
Al poco tiempo, decide traer de Alemania a su esposa y sus dos enfermeras graduadas: Josefina y Amalie Weimann, que habían trabajado con él en el Hospital de Freiburgo y quienes formaban parte del éxito de sus operaciones.
Como el clima caluroso no les prestaba, especialmente a su esposa, quien presentaba un delicado estado de salud, Knoche decide renunciar a su consultorio y dirección del Hospital de La Guaira y adquiere una extensión de terreno en la falda norte de San José de Galipán, en el cerro denominado “El Palmar de Cariaco”, justamente debajo del macizo del Picacho, a una altitud de 1.015 m.s.n.m., con clima de montaña. Era conocida como hacienda "Buena Vista", .Bella Vista o finca Caricari.
Hay otros autores que señalan que lo que motivó a Knoche a retirarse en la montaña, es que era amante de la naturaleza y la belleza del Ávila lo cautivaría. Otros atribuyen el hecho a su avanzada edad.
Contigua a Bella Vista, el doctor mandó a construir un laboratorio donde llevaba a cabo sus estudios y experimentos y a unos 150 metros un mausoleo, donde permanecerían embalsamados cada uno de los miembros de Buena Vista.